Uno de los problemas de trabajar bajo presión es la cuestión de la carga mental que puede generarnos, porque cuando trabajamos demasiado estresados no tenemos la capacidad suficiente para centrarnos, por ejemplo.
En este sentido es muy común que la persona estresada y que trabaja bajo presión esté haciendo una tarea pero a la par pensando en la siguiente que tiene que hacer, por lo que en muchas ocasiones no salen las tareas a la perfección y solemos cometer más errores.
Dos trucos para poder trabajar bajo presión
Trabajar estresados puede acarrearnos consecuencias negativas tanto en el trabajo como en nuestra vida personal, por eso lo mejor que podemos hacer es buscar nuestras propias estrategias para sobrellevar esa presión. Aun así, puedes utilizar estos dos trucos para conseguir encauzar esa presión:
- Hacer listas de tareas. Aunque la presión seguirá existiendo aliviarás la carga mental que tienes en la cabeza y al tenerlo todo por escrito podrás relajarte y centrarte más en lo que estás haciendo que en lo que tienes que hacer. Puedes hacer tus listas a la antigua usanza en un trozo de papel, o bien puedes ayudarte de las aplicaciones del ordenador o móviles que en muchos casos nos pueden incluso organizar por temas las tareas pendientes.
- No te ofrezcas para tareas que no son tuyas. Cuando estamos trabajando bajo presión o bien no hablamos con nadie, o bien nos convertimos en los más habladores intentando buscar empatía, en esas situaciones es fácil que una persona te pida ayuda, por lo que tendrás que ser fuerte y decir que no.
Cada uno de nosotros conoce hasta dónde tiene sus límites, por lo que no debes dejarte llevar por la presión, sino saber esquivarla. La mejor manera es conocerse a uno mismo y aprender de los errores propios.