Hay que estirar en la oficina, mover la musculatura para no atrofiarnos y para que no nos pase factura seis u ocho horas de posaderas sentadas y movilidad nula.
Mantenernos activos en un trabajo que se califica por sí solo a simple vista como muy sedentario no tiene porqué borrarnos poco a poco la salud y el tono vital.
Desarrollar estrategias a nuestro alcance para mejorar el tono muscular es más fácil de lo que parece. Sólo se requiere conocer ejercicios que suponga estiramientos musculares, saber cuando parar, querer hacerlo, tener voluntad para ser constantes y disfrutar con la actividad y, sobre todo, con los progresos.
Hay no pocas actividades que se pueden desarrollar en la oficina sin que ello afecte a la rutina de trabajo y a la productividad. Comentamos tres rutinas de estiramientos que pueden ayudarnos a estirar en la oficina. Las vemos:
– Yoga de oficina. Una de las opciones es aprender yoga de oficina, estirar en la oficina con sencillos movimientos que se pueden adoptar sentado en la mesa del despacho en la posición que tomamos para trabajar con nuestros papeles, apenas cinco minutos de ejercicios. Por ejemplo, cada hora.
Músculos a trabajar
– Estiramientos musculares sencillos. Otra de las propuestas es realizar ejercicios de estiramientos con regularidad en el mismo lugar de trabajo con la consideración inexcusable de mantener la columna vertebral en la mejor posición y hacer movimientos, si acaso, de intensidad progresiva.
– Movilizarnos de verdad. Otra manera de mantenernos activos y con movilidad que represente un ejercicio físico que tonifique en alguna medida es tomar decisiones que nos movilicen. Por ejemplo, yendo y viniendo a la impresora, a la fotocopiadora o la zona donde están los faxes.
También podemos hacer ejercicio extra si vamos a beber agua a la fuente de la oficina que se encuentre a cierta distancia y prescindimos de la botella de agua que nos acompaña en el escritorio. Esa sencilla acción nos ayudará igualmente a despejarnos. ¿Ves qué fácil es estirar en la oficina?