La pregunta resulta un poco loca y desconcertante. ¿De verdad hay algún empleado que se haya planteado alguna vez la posibilidad de vivir en la oficina? La realidad es que sí, pero tenemos que tener en cuenta ciertos factores. El primero y más importante es saber que hablamos de sucesos ocurridos en grandes complejos de oficinas, como el de Google en Estados Unidos. No es precisamente el tipo de oficina que se estila en nuestro país, ni siquiera en comparación de las más grandes.
¿Y si ocurre?
Lo primordial es saber qué es lo que supone que un empleado esté viviendo en la oficina. No obstante, en ninguno de los casos tenemos que permitir ese tipo de situación, salvo que sea un caso como el mencionado de Google del cual hablaremos más a fondo a continuación. Hay que recordar al equipo que por mucho que la oficina tenga algunos elementos de comodidad, se tiene que respetar el entorno y entender que se trata del lugar de trabajo y no de otro tipo de espacio en el que residir.
Que haya alguien viviendo en la oficina puede tener consecuencias drásticas para el ambiente de trabajo y para quienes lo forman. ¿Ropa tirada por el suelo? ¿Mal olor? ¿Restos de comida? Los problemas pueden ser cuantiosos. De todas maneras, no hay que preocuparse por este factor salvo que se cumplan tres elementos: que la oficina tenga espacio donde dormir, que haya comida gratis y que también se pueda acceder a duchas. Si vuestro lugar de trabajo cumple esas tres condiciones… quizá deberíais comprobar las cámaras, por si hay alguien viviendo a escondidas.
Lo que pasa en Google
Lo más llamativo del «caso Google» es que no se trata de un suceso aislado, sino que desde hace años hay empleados que ven comenzar a trabajar en el campus de esta empresa como una oportunidad de tener un lugar donde vivir. A los directivos no les parece preocupar y a los empleados les resulta un gran aliciente, puesto que se pueden ahorrar el alquiler de un piso y guardar el dinero suficiente como para tener la posibilidad de comprarse una casa en uno o dos años.
El problema o beneficio, según como lo miremos, del campus de Google es que hay aparcamientos donde se pueden dejar coches sin problemas. Y todos en alguna ocasión hemos dormido en el coche. Además, el restaurante de Google ofrece su comida y bebida gratis a los empleados y en el gimnasio hay duchas en las que es posible asearse. Dicho de otra forma: las oficinas de Google son como un hotel de vacaciones. Y por ello siempre hay durante más o menos tiempo, quien está viviendo allí. Lo interesante es que en el caso de Google nadie se da cuenta y no afecta negativamente al ambiente de ninguna manera. Así que podemos decir que sí, que no tiene porqué ser algo malo.