El mercado laboral remonta en nuestro país, pero, sin embargo, vemos cada vez más titulares destacando el hecho de que en España becario sea un sinónimo de trabajo precario. Lo que debería tomarse como un primer con contacto con el mundo laboral es para algunos un calvario, donde más que aprender se desaprende y se frustra a las personas.
A principios de año las estadísticas apuntaban que más de la mitad de becarios que trabajan en España no reciben ningún tipo de remuneración, es más, parece que incluso deberían dar las gracias por la opción de trabajo que tienen. Parece que esta misma cifra no ha mejorado y que lejos de tener un estatuto regulador este becario, se deja totalmente a la arbitrariedad y al “buen” hacer de los empresarios.
La fuerza laboral de los becarios
La realidad es esta, y es que los becarios se utilizan como una fuerza laboral más, donde en algunas ocasiones las empresas tienen tantos becarios como trabajadores en plantilla, pero ni mucho menos estos primeros están en nómina. La positividad de esta fuerza de trabajo es bastante chocante al menos en los primeros pasos, porque quienes hacen de becarios consideran que es una buena oportunidad para ganar experiencia y quién sabe si para ganarse un hueco en el mercado laboral.
La triste estampa es que estos becarios no figuran apenas en ningún lado, es decir, no se tiene un registro de quienes están trabajando literalmente por el amor al arte, o por una triste remuneración que no les da ni para pagarse el transporte al trabajo en muchos casos. Sin duda, las instituciones deberían responsabilizarse, ya sea por parte de las universidades que lanzan a los que serán los profesionales del futuro al mercado laboral o tal vez los propios sindicatos deberían preocuparse por la situación de una cifra de jóvenes apabullante.