El departamento de recursos humanos tiene que ocuparse de un buen número de responsabilidades para que la empresa funcione de manera adecuada. Si eres uno de estos profesionales sabrás que es imprescindible que los compañeros de trabajo se encuentren en armonía para que el rendimiento y la productividad puedan alcanzar los máximos niveles. Así que si se produce un conflicto es decisión nuestra salir al paso y mediar para que la situación no se desmadre más allá de lo ocurrido inicialmente.
¿De quién es la responsabilidad?
Es cierto que el líder tiene la oportunidad de intervenir en el conflicto y de marcar los límites de lo que haya ocurrido. No obstante, tenemos que ser conscientes de que quien se encuentra en el puesto principal de la empresa posiblemente tenga preocupaciones más importantes que solucionar la disputa entre dos empleados. Por eso desde el departamento de recursos humanos no tenemos que escatimar en medios para tratar de que los compañeros resuelvan su disputa y que la normalidad pueda volver cuanto antes a la empresa.
¿Cómo podemos hacerlo?
Lo primero y fundamental, aunque seguramente pienses que lo decimos a la ligera, es darnos cuenta de que existe un problema lo más pronto posible. Eso se puede conseguir si analizamos bien a nuestros empleados y tenemos controlado el ambiente de trabajo, siendo capaces de darnos cuenta de las inestabilidades que se produzcan. No es que tengamos que ser unos Sherlock Holmes, pero sí tendríamos que saber qué es normal y qué no lo es en un día a día en la oficina. En el momento en el cual descubramos el conflicto hay que actuar de inmediato. No se pueden tener favoritismos ni alterar el comportamiento de la base firme con la que hayamos comenzar a mediar. Los signos de debilidad pueden derivar en que el problema no se resuelva. Además, estos temas es mejor tratarlos en privado para que no acaben afectando a otros de los trabajadores.
Cuando se tenga toda la información de lo que ha pasado habrá que tratar de verlo todo con perspectiva y analizar cuál es de verdad el problema. Muchos de los conflictos que ocurren entre empleados en las empresas son, simplemente, malentendidos. Es decir, situaciones en las que una mala comunicación ha llevado a pensar algo de forma errónea. Tarea nuestra es asegurarnos de que las aguas vuelven a su cauce. Si para lograr una solución hay que tomar una decisión un poco más difícil de la cuenta, no se debe titubear, sobre todo si lo ocurrido tiene un claro culpable. Pero siempre es conveniente intentar mantener la armonía en la empresa y resolver los conflictos de forma que no haya consecuencias negativas para el equipo.