Parece que la época de las estructuras jerárquicas de dirección y gestión están siendo cuestionadas cada vez más. No es de extrañar si tenemos en cuenta la tendencia por estructuras empresariales donde no existen jefes sino líderes o responsables de equipo, donde se apuesta por la igualdad.
“Deshacerse” de los jefes
Si hablamos de las estructuras de dirección y gestión que están siendo cuestionadas, debemos pensar en que la conversión en la que los jefes desaparecen está más cerca, porque se ha demostrado que el control excesivo por parte de quienes están en la dirección es contraproducente para el rendimiento y por supuesto para la productividad de los trabajadores.
Esta realidad parece un objetivo relativamente sencillo de alcanzar en grandes empresas donde el trabajo es principalmente de oficina. Sin embargo, cuando acudimos a ejemplos de estructuras empresariales donde los trabajadores desarrollan tareas más simples o tradicionales, esta implementación puede ser más sencilla.
Teniendo en cuenta la configuración de las estructuras de las compañías, parece que los únicos que realmente podrán apostar por un modelo que vaya más allá de la jerarquía, serán los llamados “unicornios tecnológicos” porque son las rarezas dentro de las empresas y se refieren principalmente a las empresas relacionadas con las nuevas tecnologías.
La cultura empresarial que hemos ido adquiriendo con los años es a día de hoy una cuestión que difícilmente nos podemos deshacer de ella. Mientras que se intenta por parte de las empresas atraer y retener el talento, se peca cuando se intentan implementar nuevas ideas sin creer realmente en ellas. Las estructuras de dirección y gestión son cuestionadas, pero ¿hasta qué punto se consideran realmente innecesarias si se demuestra que sin ellas se puede estar a la deriva? Sin duda un dilema que los responsables de recursos humanos deben plantearse y resolver con argumentos sólidos.