Dentro del ámbito laboral y profesional también se puede sufrir acoso, aunque pueda parecer una cuestión relegada a la escuela, donde los pequeños sufren acoso escolar, no lo es porque en el trabajo también se sufre acoso o también llamado mobbing. Se trata de un maltrato o discriminación en el centro de trabajo habitual.

Se manifiesta de diferentes maneras, pero en general se caracteriza por representar un trato hostil contra una persona en concreto y prácticamente de manera sistemática. En nuestro país se ha constatado que hasta un 15% de los trabajadores sufre mobbing de manera habitual, algo acentuado además con la crisis.

¿Qué conductas se podrían considerar como acoso laboral hacia una cierta persona en el trabajo? El mobbing se puede manifestar de diferentes maneras, tanto directas como indirectas:

  • Maneras directas: agresiones verbales y actitudes hostiles hacia la víctima.
  • Maneras indirectas: sobrecargas de trabajo, envío de tareas imposibles, comentar y difundir rumores falsos y que dañen la imagen del trabajador o incluso no encargar nada a esas personas durante semanas.

En este sentido, el autoestima de los trabajadores afectados por el acoso laboral se ve minado y esta violencia física a la que se le somete su persona puede provocar daños físicos y psicológicos, como depresiones y provocando en algunos casos incluso enfermedades cardiovasculares.

El problema de mobbing se manifiesta en un gran número de empresas, pero vemos que en cierto modo también existe una cuestión de género en el acoso laboral, porque en muchas ocasiones son las mujeres más propensas a sufrir este tipo de vejaciones que sus compañeros de trabajo. Dentro de los sectores laborales y sorprendentemente, el ámbito sanitario es el grupo de la fuerza de trabajo donde más se dan este tipo de problemas de acoso.