El término liderazgo ha fascinado desde tiempo inmemorial, ya reflexionaban sobre él filósofos chinos antiguos o el Maquiavelo renacentista. Es un tema que preocupa, ahí están las más de 300.000 entradas de libros de Amazon para confirmarlo.

Hay líderes de todas las capas, los hay paternalistas, los hay autoritarios, buenos negociadores, gente que sabe comunicar muy bien… Hay mucho donde elegir y en lo que reflejarse.
 
Hay muchos tipos de liderazgo, pero también hay características muy comunes que son deseables entre las personas que han de marcar el paso a una organización y reunir a personas bajo sus criterios, figura o control. Estos son algunos de los rasgos que resultan más comunes y deseables en los líderes. Los hemos resumido en cuatro items:
 
– Sentido de visión. El liderazgo exige tener un sentido de misión, un propósito que permita conducir a la gente hacia un sentido de visión.
 
– Decisiones atrevidas. El liderazgo exige a veces decisiones difíciles, valientes que incluso se pueden ver como acciones a contracorriente.
 
– Actitud motivadora. El liderazgo motiva a las personas que forman parte del grupo. Ésa es una de sus bazas. Forma parte de su esencia y de sus desarrollos constantes. Sin motivación no hay liderazgo. Es una de sus fórmulas de refuerzo.
 
– Anticipación del futuro. El liderazgo, los líderes, hacen cosas que otros no hacen, anticipan el futuro y hacen que las gentes se reúnan alrededor de la idea rompedora y que trabajen para lograr los fines que se buscan aunque no sean perceptibles.
 
Y una nota que es una respuesta a una de las preguntas más habituales sobre este tema, ¿los líderes nacen o se hacen?. La respuesta, la que confirma la experiencia, es la que dice que en condiciones ideales, los líderes se hacen. La historia está ahí para demostrarlo. Gente sin aparente carisma que bajo determinadas condiciones coyunturales se reinventaron a sí mismas.