Con inteligencia, se puede elegir bien a los miembros de un equipo de trabajo y, con ello, mejorar todas las opciones con las que garantizar el éxito de un proyecto comercial o empresarial. Se trata de una tarea que no siempre se encomienda a los miembros de un departamento de recursos humanos, lo cual es un error, porque son ellos los más capacitados y cercanos a la realidad de los trabajadores, los que mejor conocen las valías y las capacidades de la fuerzas laborales.

 

 

Cada miembro de un grupo de trabajo ha de aportar sus habilidades para conseguir las metas fijadas. Pero el verdadero problema es conseguir que los talentos individuales sumen y que la interactuación de cada trabajador se centre en el bien común durante el proyecto para no perder objetivos y oportunidades. La clave para conseguirlo es elegir bien a los miembros de un equipo de trabajo. Veamos cómo:

 

– Elegir sobre la base de las habilidades a desarrollar en el proyecto. Evaluar los conocimientos y la forma en la que los individuos los ponen al servicio de lo demás y de la causa común de un proyecto es dar un primer paso para elegir bien a los miembros de un equipo de trabajo.

 

Exigencias

 

En unos proyectos, se exigirá habilidades de comunicación, en otros, autoridades firmes, en otros, una gran visión de conjunto y, en otros más, quizás, una ultraespecialización que no resulta frecuente. Y que hay que buscar. El análisis previo de las acciones que han de dominar en las tareas del grupo de trabajo será determinante del éxito.

 

– Monitorización del rendimiento. Pero elegir bien a los miembros de un equipo de trabajo no soluciona nada, si no se mantiene un control sobre lo que ocurre en el desempeño de las tareas. Lo más práctico es estudiar, preguntar, evaluar cómo va el trabajo, para introducir mejoras o para cambiar a personas. Un papel decisorio que en última instancia depende de las gerencias pero cuya información es fruto del análisis de los departamentos de recursos humanos.