Nos toca hablar de perseverancia personal. Decía Thomas Alva Edison que el éxito es un 99% de sudor y un 1% de inspiración. Esas fueron más o menos sus palabras. En el caso de emprender sobre la base de innovaciones, la pieza fundamental para llegar lejos es la perseverancia. Sin querer agotar ninguna lista de consejos, éstos son los que te podemos recomendar para estimular la mejor perseverancia personal, la que nace de dentro:

 

– Dibujos evocadores. Si no has conseguido lo que te proponías después de uno o dos intentos, piensa en cambiar el enfoque, en hacerlo de una manera diferente. Si sigues atascado, haz un dibujo y trata de llevar los conceptos del problema a una opción visual que representen todas las alternativas. A veces, las expresiones sin palabras abren el camino de soluciones de vanguardia. Prueba.

 

– Oídos sordos. En el momento en el que el desafío supera la capacidad propia o la autoconfianza, y se está seguro de estar en la línea acertada, lo más sensato es hacer oídos sordos a los cantos de sirena de los detractores y demás especies. Ellos no se la juegan como tú. Prueba.

 

– Innovar supone una cuota de rechazo. Si la tarea consiste en ir más allá de donde no ha ido nadie, de revelar aspectos poco convencionales de una realidad, es parte de la condición humana rechazar lo que no puede comprender si le afecta. Así, ya sabes lo que toca, perseverar en un campo en el que no vas a encontrar aliados hasta que se demuestre hasta qué punto estaban equivocados. El tiempo pone a todo el mundo en su lugar. Recuerda, perseverancia personal. Prueba.

 

– No procrastines. Procrastrinar significa despistarse, dejar de seguir el hilo de lo que se hace, desoír la llamada de la perseverancia. Búscate la vida para mantenerte alerta y disciplinado sobre el trabajo que importa para alcanzar tus metas. No pruebes, hazlo.

 

Perseverancia personal, la que está a tu alcance, la que necesitas.