Las actitudes de un responsable de un departamento de recursos humanos bajo el punto de mira. La actitud con ‘c’ suele superar con creces lo que procura una buena aptitud con ‘p’. Lo que hacemos con lo que hacemos mejora lo que hacemos sobre la base de nuestros conocimientos y nuestra formación académica.

  

La actitud de un responsable de un departamento de recursos humanos brillará con luz propia en una organización empresarial. Las mejores actitudes de un responsable de recursos humanos se cultivan.

 

¿Cómo?, de muchas maneras. Por ejemplo, con estas cinco buenas actitudes de un responsable de un departamento de recursos humanos:

 

– Planifica el trabajo con los trabajadores. Concéntrate en lo que tú y cada empleado pueden acometer como tareas estratégicas en el futuro.

 

– Evaluaciones, las justas. No emplees las evaluaciones de los trabajadores para descalificar a los empleados en sus tareas.

 

– Sé equitativo. Lucha por mejorar la coherencia en el trabajo del departamento de recursos humanos. Aplica criterios de evaluación iguales para todos los trabajadores. Si no es así, estarás sembrando discriminación en la cadena de producción de la empresa.

 

– Estimula a los empleados. Alienta a los trabajadores para que se autoevalúen, para estimular sus fortalezas. Con esas autoevaluaciones tendremos también una información de primera mano sobre lo que está ocurriendo en la empresa en el nivel de la fuerza laboral. Si lo que cree un empleado de sí mismo no coincide con tu propia evaluación es que algo falla.

 

– Sé honesto con los malos resultados. Si se producen resultados económicos o de otro tipo que no llegan a cubrir las expectativas, aborda el asunto de una manera sensata. Argumenta tus impresiones sobre el tema por escrito. Será más fácil de entender y será el comienzo de una fructífera corrección.

 

– Estimula la comunicación en las dos direcciones. De ti hacia la fuerza laboral, de los trabajadores hacia ti y el departamento de recursos humanos. Esa capacidad de diálogo implicará a todas las partes de una manera más emotiva y responsable. Ser oído es importante, saber escuchar aún más.

 

La actitud es un valor vayas a donde vayas. Y si la conviertes en tu estímulo diario en un departamento de recursos humanos, lo dicho, brillarás con luz propia.