Gestionar con éxito recursos humanos y disfrutar con los retornos emocionales que genera empatizar con un proyecto y con la gente que lo impulsa es un objetivo posible y deseable.
Un gestor realmente efectivo presta mucha atención a la gestión, a las opciones de liderazgo y a todo lo que se relaciona con el aprendizaje en las empresas y en cualquier organización en la que el factor humano resulta decisivo.
Si tuviéramos que reducir las habilidades de un gestor a algo más que unas pocas consideraciones para gestionar con éxito recursos humanos, diríamos que no hay que olvidar las siguientes:
– Relaciones personales. Para gestionar con éxito recursos humanos, hay que construir relaciones personales de calidad y cercanas. A alguien al que los colegas, los ejecutivos de la empresa o el personal laboral de base le muestran respecto, confianza y atención ha conseguido crear relaciones personales basadas en valores. Un buen gestor de recursos humanos es aquella persona a la que todos les gustaría seguir. Y relaciones como las que definen esos hechos se definen por sí mismas.
– Comunicación. Un buen gestor de recursos humanos se comunica con las personas de su entorno y las que se relacionan con su trabajo con las mismas buenas habilidades. Tanto da si la comunicación es cara a cara, como si se hace por correo electrónico.
– Construcción de equipos. Un buen gestor de recursos humanos facilita la integración de los empleados de una empresa en grupos de trabajo y permite que las habilidades de cada cual tengan su encaje, se desarrollen y puedan ser aprovechadas para beneficio de la empresa. Un buen gestor de recursos humanos sabe cómo motivar a los trabajadores, está abierto a sugerencias y da ejemplo con su comportamiento.
– Defensor financiero. El profesional mejor cualificado de un departamento de recursos humanos ha de entender cada uno de los aspectos económicos y financieros de la empresa para la que trabaja y ha de mantener orientada a la fuerza laboral para alcanzar los objetivos marcados. Su monitorización regular resulta imprescindible para sondear el alcance de los ajustes que, en su caso, también han de figurar en la hoja de ruta de la gestión de la empresa.
Así vive y trabaja un buen gestor de recursos humanos que lidera una organización laboral orientada hacia la eficiencia en el camino del éxito.