empleado

Los tiempos han cambiado en el paradigma de las empresas. Desde el departamento de recursos humanos ya no tomamos decisiones unilaterales basadas simplemente en los currículos. En realidad, los historiales de los posibles empleados cada vez importan menos. Es más importante apostar por personas de un perfil adecuado por mucho que todavía no tengan tanta experiencia o conocimiento como necesitemos. Y esto nos lleva a que después de una contratación pasemos a establecer un proceso de formación sólido.

 

Mejorando el equipo de nuestra plantilla

 

Como decimos, ahora se apuesta por diamantes en bruto, empleados que demuestran tener un gran potencial, pero a los que quizá tengamos que echar una mano. No importa si esta inversión de recursos es mayor o menor si creemos que nos puede proporcionar una buena inyección de calidad a corto y largo plazo en la inmediatez del negocio. Es importante confiar en personas que nos produzcan buenas vibraciones y a las que podamos moldear para que se conviertan en auténticos pilares fundamentales en la empresa. Si su nivel de compromiso es alto y conseguimos que se encuentren satisfechos en la oficina, cualquier inversión en formación estará totalmente justificada.

Por eso desde el primer momento hay que analizar qué es lo que pueden necesitar los nuevos empleados para alcanzar su máximo rendimiento. ¿En qué aspectos podrían mejorar y cuáles son aquellas especialidades que se les pueden dar mejor? En nuestra mano se encuentra el saber hacer nuestro trabajo para encontrar el máximo potencial de cada empleado.

 

Una formación ágil y bien estructurada

 

Cuando sepamos qué es lo que mejor se le da al empleado y lo que puede necesitar para avanzar hasta el siguiente nivel, desde el departamento de recursos humanos tenemos que hacer todo lo posible a la hora de lograr darles nuestro apoyo. Esto significa realizar ajustes en el horario, flexibilizarlo todo lo posible para que la formación no se convierta en un impedimento en el papel que estos empleados estén realizando en sus primeros días en la empresa. También hay que saber elegir unos sistemas de formación ágiles que estén bien estructurados y que no le produzcan a los empleados ningún tipo de dolor de cabeza.

Si conseguimos que todo salga bien nos sorprenderemos al ver que, en poco tiempo, nuestra plantilla se verá complementada por nuevo talento de un valor incalculable. Así es como se llegan a formar las principales leyendas en las empresas y cómo podemos tener la oportunidad de unir a nuestras filas personas que no se conformarán con un puesto fijo, sino que ambicionarán seguir progresando para llegar cada vez más lejos. Son esas personas las que nos pueden dar la oportunidad de mayor crecimiento en el entorno de nuestro negocio. Razón por la cual es importante fomentar la formación y acompañar a los empleados paso a paso en el trabajo que estén realizando para estar cada vez más preparados.