Cuando se quiere optar a un puesto de trabajo, no solo es importante presentar el currículum, si no que también debes pensar que adjuntar una carta de presentación puede ser un factor decisivo a la hora de conseguir un trabajo.
Los objetivos que se consiguen al realizar una carta de presentación son normalmente dos:
- Destacar los puntos fuertes de tu currículum y hacer que el entrevistador vea porque eres tu la persona ideal para cubrir el puesto.
- Que la persona que lo reciba tenga más interés en saber sobre ti, con lo cual también lea con más detenimiento tu currículum.
Debes tener el cuenta que la carta de presentación marcará la diferencia y te permitirá diferenciarte de otros candidatos que se presenten al mismo puesto de trabajo. Cada carta debe estar escrita para cada puesto, de manera que el seleccionar vea que se ha empleado tiempo y dedicación en hacerla. No hay que caer en el error de escribir una carta genérica pues cada puesto de trabajo cuenta con sus peculiaridades y si la pesonalizamos atendiendo a estas, dará mejores resultados.
¿Existen diversos tipos de cartas de presentación?
Existen hasta dos tipos de cartas de presentación diferentes, dependiendo del tipo de oferta de empleo:
- Carta en respuesta a una oferta: Esta es la que se realiza para presentarnos a una oferta de trabajo en concreto que hayamos encontrado.
- Carta para candidatura espontánea: Es la carta que se envía a alguna empresa o lugar de trabajo, aunque no haya ninguna oferta de trabajo. Se envía por si en un futuro pudieran necesitar a alguien con nuestras características.
Así pues, como puedes ver se trata de un documento importante y que hay que tener en cuenta a la hora de presentarnos y enviar el currículum a una oferta de trabajo.