Es habitual que un equipo de trabajo no funcione en una empresa cuando quien lo lidera ha perdido la confianza de sus miembros, cuando ha dejado de tener un enfoque con visión periférica de las actividades productivas del equipo, cuando ha permitido que se produzca algún tipo de desequilibrio que no ha sabido corregir, y, por último, cuando se ha hecho poco por la adaptabilidad de los desempeños laborales.
Valoremos algunos de estos puntos, especialmente lo que se refiere a las visiones de trabajo, a la falta de comunicación y a la desaparición de la confianza:
– Ausencia de una visión general del trabajo del equipo. Un gestor que dirige un equipo de trabajo que no funciona intentará canalizar la actividad del grupo a través de actuaciones rígidas cortoplacistas, sin proyección, sin planificación, desatendiendo las cualidades profesionales diferenciadas de cada miembro del grupo. Desaprovechándolas.
– Ausencia de comunicación. Un problema muy común a cualquier equipo de trabajo que no funciona es la falta de comunicación entre el líder del grupo y los miembros del equipo.
Detalles
La lista de detalles que crean una mala comunicación puede ser interminable, pero los más frecuentes son los que ocasionan los conflictos personales entre los trabajadores, la mala transmisión de órdenes para las tareas de trabajo y la ausencia de una buena contextualización de las obligaciones que impiden que los trabajadores puedan saber para qué sirve su trabajo.
– Ausencia de confianza. Los equipos de trabajo están formados por personas con todo lo bueno y malo que ocasiona la aplicación de ese capital. En ese contexto, que un jefe pierda la confianza de sus trabajadores, por el motivo que sea, lastra cualquier atisbo de autoridad y cualquier planificación sobre la base de órdenes personales. Llegados a ese caso, la recuperación de la confianza es también fundamental.
Estos son algunos de los motivos por los que los equipos de trabajo se desarman desarmando la productividad de las empresas. Corregir estos puntos es posible. Tomar conciencia de ello es el paso número uno.